miércoles, 3 de marzo de 2010

UNA MIRADA ATENTA - Su Administración


Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde. Prov. 31: 27

Nos está diciendo que la mujer de Prov. 31 está atenta a la marcha de su hogar y el pan que come no es fruto del ocio. Está atenta, quiere decir que no se limita a dar una mirada rápida a la casa, sino que estudia cada situación y supervisa todo lo que corresponde al hogar. Nada escapa de su control. Cuida la casa y principalmente a los que viven en ella.
La palabra camino en hebreo significa las huellas que se forman literalmente por el uso constante. Las idas y las vueltas reflejadas tal vez en un camino de cesped, esta es una interpretación literal. Lo que está queriendo decir es que esta mujer conoce las costumbres y todo cambio de costumbre de los integrantes de la familia. Nada la toma por sorpresa. Está conciente de lo que ocurre con cada uno de los miembros de su familia. Sabe todo lo que ocurre dentro de las cuatro paredes. Cuando algo sale mal, alerta a su marido. Ella permanece siempre fiel como vigía. Su esposo y sus hijos son su principal preocupación.

COMO LOGRARLO

LA GENTE PRIMERO, LUEGO EL LUGAR
Las personas que integran la familia debe ser lo más importante. Tienen que superar en importancia al lugar donde vivimos. Después de todo, el lugar existe para servir a la gente. Nuestro rol como mujer es asegurarnos de que las personas que viven con nosotros estén cuidadas espiritual, emocional y físicamente. La tarea que nos ha asignado Dios requiere que nos aseguremos al igual que la mujer de Prov. 31, de que todos los miembros de nuestra familia estén alimentados y vestidos.
Edith Schaeffer, una bisabuela cristiana escribió: Quizás las madres y abuelas abandonadas se hayan estado preparando para su propio abandono al enseñar vez tras vez que los sentimientos de la gente, y la necesidad de respuesta de los mismos, no son nunca tan importantes como limpiar la casa, respetar los horarios y respetar las leyes.
Parte de cuidar a los demás es orar por ellos. Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los edificadores. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes. Salmo 127: 1. Jamás sabremos, de este lado del cielo, cuántos miembros desalentados de nuestra familia fueron animados por nuestras oraciones por ellos, cuántos problemas se han resuelto porque Dios otorgó la sabiduría necesaria en respuesta a nuestras oraciones o cuántas batallas espirituales se ganaron bajo nuestro techo porque elevamos nuestras súplicas al trono en el cielo.

LUEGO EL LUGAR
Cuando la gente en casa está bien cuidada, podemos entonces dirigir nuestra atención a la administración de la casa. Tengan un empleo o no fuera del hogar, tienes que estar atenta a la marcha del mismo y estar vigilante a todo. Cualquier responsabilidad o lealtad en el trabajo viene después de que las principales prioridades de la familia y el hogar hayan sido satisfechas. Los ingresos de un empleo no pueden jamás sustituir el cuidado de la familia y el hogar.

CONCLUSION
Quizá no te resulte apasionante, pero tu hogar es el lugar que más se merece tu atención diligente. En realidad, el hogar es el lugar más importante del mundo para pasar nuestro tiempo e invertir nuestra energía. Nuestra tarea allí es eterna. Posiblemente nadie de los integrantes de la familia, al final del día, después de haber cocinado, limpiado, planchado, hecho los deberes con los chicos y trabajado fuera de la casa... te diga gracias por todo lo que hiciste hoy. Pero te vuelvo a recordar. Tu tarea es eterna, y tu recompensa es eterna.

Empieza hoy, analízate a tí misma. ¿Qué estás haciendo durante el día? Ocúpate de las personas que viven en tu techo, de tu esposo, de tus hijos y luego asegúrate de tener todo listo, limpio, planchado y bien decorado. Tú puedes. Deja el ocio y comienza hoy.

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