miércoles, 27 de mayo de 2009

UNA FUENTE DE BONDAD - Su misión



Le da ella bien y no mal, todos los días de su vida. Prov. 31: 12


Para que me pueda acercar más a mi esposo, acércame más a ti que a él.
Para que pueda conocer a mi esposo, haz que te conozca más a ti que a él.
Para que pueda amar a mi esposo con el amor perfecto de un corazón perfetamente íntegro, haz que te ame más a ti que a él y por encima de todas las cosas.
Para que no exista nada entre mi esposo y yo, te pido que estés entre nosotros, siempre.
Para que podamos estar constantemente juntos, llámanos a estar a solas contigo en forma separada.
Y cuando nos encontremos pecho a pecho, oh Dios, que sea junto al tuyo.
Nuestro Pan Diario.


UN CORAZON BONDADOSO
La esposa está decidida a prodigarle a su esposo todo el bien posible. Vive para amarlo y cada vez que puede, le brinda el bien y no el mal. Maneja su propia vida y su hogar de manera que beneficie habitualmente a su esposo. Su oración matutina es que pueda ser una fuente de bien para su amado esposo, darle amor, servirlo, honrarlo, ayudarlo, malcriarlo y alivianar sus cargas. En vez de buscar retribución o alabanza de parte de él, ella se da cuenta de que cumplir con la tarea que le ha asignado Dios es suficiente recompensa.
¿De dónde viene su bondad? Es parte de lo que Dios entreteje en su carácter. Hacer el bien es parte de su persona, hacer el bien, pase lo que pase. Es una mujer que teme a Dios y El es el que la llama a darle el bien.
La vida de esta mujer tiene ausencia de mal, todas experimentamos la misma tentación hacia el mal, pero por la gracia de Dios, nos podemos oponer al mal. Cada vez que tiene la oportunidad de ceder al egoísmo, resentimiento, enojo, desaprobación o desacuerdo, ella persevera en contra del mal y escoge en cambio seguir el plan de Dios de brindar el bien y no el mal a su esposo.
El tiempo para que la mujer ejecute esta misión, es toda la vida. Debe tomar muy seriamente y literalmente sus votos matrimoniales de brindar el bien [hasta que la muerte nos separe, el llamamiento es para toda la vida, el ser una fuente de bien para su amado esposo. Debe ser dulce y constante hoy… y mañana… y pasado… y dentro de 10 años… y dentro de 20 años… y dentro de cincuenta año… hasta que la muerte nos separe. Las enfermedades, pobreza, vejez y errores no deben entorpecer su compromiso a ser una influencia positiva en la vida de su marido.


¿COMO LOGRARLO?

1. Tengan cuidado con los enemigos del bien. El bien y el mal figuran en el mismo versículo. Son conductas contrastantes, una es deseable y la otra horrible. O sea que podemos ser fuente de bien o fuente de mal. Algunos ejemplos: 1 Reyes 11: 4, las esposas de Salomón apartaron su corazón del Dios verdadero. 1 Reyes 21: 25, Jezabel estimuló a su esposo Acab a cometer actos de maldad tremendos.
¿Cuáles cosas pueden ocasionar semejante problema en el corazón? La tendencia a compararnos puede llevar por un sendero de oscuridad. Es muy fácil comparar a nuestro esposo con otros esposos, mi situación económica con la de otras familias. Las comparaciones pueden cambiar mi corazón, el cual debería estar concentrado en el plan personal de Dios para mi vida y la de mi esposo, en las circunstancias que Dios a ordenado para mi.
El alimentar una raíz de amargura, cuando permitimos que eche raíces, amargura contra nuestro marido o nuestras circunstancias, causamos problemas y corrompemos a muchos, especialmente a los que están a nuestro alrededor, o sea, nuestro esposo y nuestros hijos.


2. Siga el plan de Dios. Nuestra misión es satisfacer el modelo de Dios para el bien en el matrimonio.
Planee hacer el bien, Hitler planeó el asesinatos de los judíos, fue un pensamiento para mal. ¿Qué estás planeando? Puedes escoger, en planear el bien o planear el mal.

CONCLUSION:

Tu esposo es una parte del plan soberano de Dios para convertirte en una mujer virtuosa. Esto implica algunos ajustes en tu vida, implica una solida dependencia de la gracia de Dios. Sea cual sea los detalles de tu matrimonio, Dios desea que te dediques todos los días de tu vida a hacerle el bien. Cuando utilizamos los recursos del Señor, y sus fuerzas, junto con la mente del Señor, El mismo llenará nuestra fuente de bondad.


COMIENZA HOY CON PLANES ESPECIFICOS A HACER EL BIEN A TU ESPOSO. Escribe desde cosas simples a más complejas que comenzarás hoy. Ej., por el bien de mi esposo, cuando llegue de trabajar, NOME QUEJARE de nada. Cuando llegue a la tarde, lo estaré esperando con la merienda y con una sonrisa. Cuando llegue a casa, no lo estaré esperando con la lista de compras, sino con palabras de ánimo y de amor, y si no está el dinero para hacer las compras, buscare la manera de poder cocinar y hacer las cosas igual hasta que mi esposo pueda traer dinero a casa… continúa tú esta lista, adáptala a tus necesidades y situación de vida. Pero, por favor, COMIENZA HOY. La más beneficiadas serás tú misma.

martes, 19 de mayo de 2009

UNA ROCA SOLIDA – SU LEALTAD


El corazón de su marido está en ella confiado. Prov. 31: 11

El lenguaje de la lealtad: nos encontramos con dos sorpresas…

1. El descanso: “El corazón de su marido”. La palabra hebrea corazón se refiere en realidad a la mente, donde se encuentran las dudas, la ansiedad y la intranquilidad. Pero el corazón (la mente) de un marido que puede confiar en una esposa leal es un corazón tranquilo, que descansa. Nuestro llamamiento como mujeres de Dios es vivir de una manera tan solida que nuestro esposo nunca tenga que preocuparse ni preguntarse sobre nuestro carácter o nuestro manejo del hogar, o de nuestro tiempo. Entonces podrá verdaderamente construir su vida sobre nuestra lealtad, con su corazón descansando en y sobre el apoyo firme de su esposa.

2. El estímulo:está en ella confiado”. La palabra hebrea confiar se traduce como “tener valentía, ánimo y sentirse confiado”. Por lo tanto, el hombre casado con una mujer de Dios se siente confiado, alentado, gracias a que puede confiar en su esposa. Su lealtad es un ministerio diario de estimulo para él.

COMO VERIFICAR MI LEALTAD

Esta es una lista de diez momentos diferentes en la vida diaria de toda mujer, verifica como estás con cada una de ellas:

El dinero: ¿Puede tu esposo confiar en que eres ahorrativa, sabia y que te mantienes libre de deudas?

Los niños: ¿Eres una madre dedicada a la educación de tus hijos para que ellos amen a Dios, a sus padres?

El hogar: ¿Se siente tu marido alentado porque sabe que todo está bien en casa, gracias a los esfuerzos que pones tú en mantener el hogar en órden?

La reputación: ¿Tiene tu esposo paz interior porque sabe que eres fuente de bien y no de mal todos los días de su vida, y que nunca harías nada para que surjan dudas de su reputación?

La fidelidad: ¿Puede tu esposo confiar en tu fidelidad eterna, en el compromiso que tomaste con él, en el día de tu casamiento?

Las emociones: ¿Puede tu esposo estar tranquilo porque sabe que tus emociones son firmes y estables?

La felicidad: ¿Eres una fuente de gozo, deleitándote en el Señor y refrescando el corazón de aquellos que comparten su hogar?

La sabiduría: ¿Puede tu esposo confiar en que manejarás los desafíos, dificultades y crisis de la vida con la sabiduría que proviene de Dios?

La conducta: ¿Puede confiar tu esposo en que te conducirás con bondad, discreción, virtud y dignidad?

El amor: El amor se da a conocer mediante tus acciones. Cuando cuidas los detalles de la vida de tu marido, evidencias de manera poderosa tu amor hacia él.
Conclusiones:
¿Difícil? ¿Fácil? ¿Deseas reflejar su lealtad y fidelidad? Entonces necesitas su maravillosa gracia, fidelidad y fortaleza, de modo que puedas ser digna de toda confianza en todas las áreas de tu vida. La vida es difícil y se encuentra llena de dificultades, y sus esposos llevan una pesada carga de responsabilidad. Ellos te necesitan, necesitas que seas una roca sólida donde descansar el alma, donde encontrar un lugar seguro cuando llegan a la casa.
¿Le extenderás a tu marido una roca donde descansar cuando lo necesite?
¿Comenzarás hoy mismo a convertir esta virtud de la lealtad en tu objetivo para toda tu vida?

Puedes hacerlo. SI. COMIENZA HOY.

jueves, 7 de mayo de 2009

SU VALOR - UNA JOYA RESPLANDECIENTE

Porque su estima sobrepasa largamente a las de las piedras preciosas. Prov. 31: 10b

Otras traducciones dicen: “Su valor supera al de los rubíes”, “Su valor es mucho mayor al de las perlas”, “Su valor supera en mucho al de los corales”. "Su valor supera al diamante".
Rubíes, perlas, corales, diamantes. Todas estas joyas resplandecientes son raras y valiosas. Es difícil recogerlas y se encuentran muy pocas. Y ésa es la imagen que utiliza la madre del joven príncipe para inculcarle lo extraordinaria que sería una mujer hermosa a los ojos de Dios.
Así como las piedras preciosas aumentan con el tiempo de valor, nosotras, las mujeres hermosas de Dios, sus joyas, también. De modo que aquí hay algunos ejercicios para ayudarnos a mejorar nuestro resplandor y para iluminar nuestra vida y la de los que nos rodean.

Mejoren sus conocimientos prácticos. Seamos casadas o solteras, nosotras, las mujeres de Dios, necesitamos perfeccionar el talento necesario para manejar un hogar o cuál sea el lugar que vivamos. Aunque parezca obvia, necesitamos saber cocinar, limpiar y atender a las personas.

La administración del dinero: Las mujeres virtuosas necesitan también conocimientos de las finanza s personales. Necesitamos saber cómo pagar las cuentas, saber utilizar una tarjeta de banco, manejar cheques, ahorrar e invertir y tener control de los gastos mensuales.

El manejo del tiempo: Es clave para administrar un hogar y una vida sin sobresaltos. El tiempo es la mercancía de mayor valor que nos da Dios, y él espera que sea redimido (Col 4: 5), y utilizado para sus propósitos (Efesios 2: 10). La vida misma está compuesta por minutos, y esos minutos deben ser manejados con sabiduría.

Mejoren su estabilidad emocional: Para ser una joya resplandeciente en la vida de los demás, tenemos que mejorar nuestra estabilidad emocional. Veremos tres lineamientos para poder obtener una mejor estabilidad emocional que les permita lograr que su hogar sea feliz.

Domine su tolerancia: Me refiero a su entereza. La estabilidad emocional les da a los soldados en el ejército la capacidad invalorable de continuar aun cuando sea difícil. Cuando me refiero a circunstancias difíciles o momentos de dolor, me refiero a las palabras de Fil. 4: 13, todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Este es el recurso para seguir adelante. Me esfuerzo por soportar tranquilamente y con calma y con determinación los desafíos de la vida. El objetivo es no ceder, no darme por vencida ni abandonar la lucha. No debo permitir que las emociones me anulen.

Dominen su humor: Prov. 14: 30 no dice que ella alimenta un corazón apacibe. Prov. 19:2 nos dice que sabe cómo esperar. Prov. 19: 11 nos dice queno se impacienta. Prov. 25: 28 nos dice que pone riendas a su espíritu. Esta descripción podría parecer un sueño imposible. Pero Dios utiliza nuestra fiel devoción día a día, incidente por incidente, desafío por desafío a lo loargo de toda nuestra vida para darle cuerpo a su divina hermosa en nosotras, el reflejo de su imagen.

Dominen su lengua: Las bendiciones y maldiciones provienen de una misma lengua, Santiago 3: 10. Nuestras palabras pueden herir como espadas o brindar alivio (Prov. 12: 18).
Específicamente tenemos que:
Prov. 10: 19 – hablar con menos frecuencia.
Prov. 15: 28 – hablar después de pensar lo que vamos a decir.
Prov. 16: 21 – 24 – decir solo lo que es dulce y placentero.
Prov. 31: 26 – hablar solo con sabiduría y amor.

¿No quisieras e el día de hoy convertirte en una joya resplandeciente que añade brillo y luminosidad a la vida de los demás?
Dios, nuestro Maestro Artesano, sostiene tu corazón y el mío en sus manos. ¿Por qué no le entregamos los defectos que inhiben nuestro fuego, nuestro resplandor? ¿Por qué no le pedimos que nos ayude a no caer en emociones dañinas? ¿Estamos dispuestas a hacer nuestra parte para aumentar nuestra estabilidad emocional y pulir nuestros talentos? Esos dos rasgos, nuestro carácter y los talentos que reflejan nuestro carácter son lo que Dios desea y lo que tiene valor para los demás. ¡Permitamos que Dios haga su obra en nuestras vidas!