jueves, 25 de junio de 2009

UN ESPIRITU EMPRENDEDOR – Su provisión


Es como nave de mercader, trae su pan de lejos. Prov. 31: 14

En aquella época, las naves recorrían todo el mundo conocido y traían mercaderías de las más variadas. Por ejemplo, de Tarsis, la actual España, traían oro, plata, marfil; del Líbano traían madera de cedro. De Egipto traían especies, de Grecia traían aceite, vino, y miel. Cuando los mercaderes llegaban a la ciudad, armaban tiendas portátiles, bajo toldos provisorios, cerca de las puertas de la ciudad. Y toda la gente se agolpaba descubriendo alimentos y elementos que tal vez nunca había visto antes. Este versículo dice que la mujer de Prov. 31 es como estos barcos, que recorren muchos lugares buscando lo mejor para su familia. El mejor alimento, la mejor madera, la mejor lana… Sí, estamos hablando de HACER LAS COMPRAS. Ella “navega” por los rincones de la ciudad buscando exactamente aquello que su familia necesita, y a buen precio. Por eso camina y camina, buscando lo mejor a buen precio. Camina y camina buscando variedad de elementos. Camina y camina buscando calidad de los alimentos. Ella tiene un ESPIRITU EMPRENDEDOR.

Sin amor no somos nada, y sin amor no hacemos nada. Una de las primeras cosas que debemos hacer es que Dios nos revele y sane toda área en nuestro corazón que nos impida amar nuestro rol como esposa, como madre y como administradora del hogar.

Hagamos que nuestro hogar sea nuestra prioridad absoluta. Nuestra familia, no nuestro empleo o profesión, debe ser lo más importante en nuestro corazón.

Es importante también que pasemos tiempo con otras mujeres, escuchar otros testimonios nos puede ayudar a encontrar nuevas formas de disfrutar la vida de hogar. Hagamos del hogar un lugar acogedor. Quizá no tenemos buen gusto en forma natural para hacer el arreglo o decorado de la casa. No tiene nada que ver con el dinero, sino con el deseo de acomodar lo que tenemos de la mejor forma, agradable a la vista. Tal vez una re-ordenación de colores, de muebles, de luces, pueden lograr que el aspecto cambie y sea más atractivo. Quizá ordenar por colores hace que se vea todo en forma más natural para la vista, quizá un pequeño lazo de color armonizante en la cortina, hace que ésta se vea diferente. Quizá una pequeña flor en un simple florero, alegre la vista, quizá una vela o pastilla perfumada, haga del ambiente un lugar más agradable.
El encargo de Dios de amar a nuestra familia mediante las cosas prácticas de todos los días le da dirección al espíritu emprendedor.

Comencemos con lo básico: todos necesitamos lo básico para vivir, comida, ropa y techo.
Tenemos que evitar comprar por impulso, sino considerar cada compra, buscar las ofertas. Es importante saber lo que necesitamos y lo que no necesitamos. Debemos aprender lo que es y lo que no es la calidad, y saber decir que NO.
Mediante su Palabra, nuestro sabio Padre nos llama a ser amas de casa y esposas emprendedoras que añadimos toques de belleza a nuestro hogar. Este llamado requiere un cierto esfuerzo, pero es de gran bendición.

Cuando proveemos lo necesario para nuestra familia, ¿ponemos todo nuestro esfuerzo para lograrlo? El Prov. 31: 14 aunque es la imagen de un barco mercante, en realidad se refiere a un asunto del corazón, un asunto que tiene que ver con el amor. Vean, solo el amor, el amor lleno de gracia de Dios, puede motivarnos a poner de lado nuestro egoísmo y a esforzarnos físicamente para navegar a favor de los demás. Y solo el amor de Dios, que nos llena hasta rebasar, puede darnos la resistencia emocional necesaria para dejar de lado la comodidad personal y soportar la constante actividad de una vida emprendedora por el bien de los demás.

PIDAMOS A DIOS QUE NOS DE UNA MAYOR RESOLUCION Y UNA ENERGIA RENOVADA DE MNODO QUE PODAMOS NAVEGAR RUMBO A LA CALIDAD AGRADABLE Y DURADERA DE UN ESPIRITU EMPRENDEDOR.

No hay comentarios: