domingo, 18 de octubre de 2009

FELIZ DIA DE LA MADRE


martes, 6 de octubre de 2009

UNA MANO DE AYUDA - Su misericordia

Alarga su mano al pobre, Y extiende sus manos al menesteroso. Prov.31: 20

Esta mujer se destaca por su confiabilidad, apoyo, diligencia, productividad, ahorro, creatividad, organización y administración precisa. Y ahora lo que sigue es…su MISERICORDIA.

Ella no solamente trabaja arduamente para obtener ganancias, sino que también con esas ganancias beneficia a personas que se encuentran en necesidad. Una amiga dijo: Cuando mis semejantes se visten de harapos y sufren, afilo mis conocimientos prácticos y mis agujas (no mi lengua).

Cuanto está en su poder hacerlo, la mujer de Prov. 31 extiende su mano con todo lo que sea necesario. Para ella la generosidad no termina en DAR. No importa cuál sea la necesidad, ella extiende sus manos para ofrecer ayuda al necesitado. No mantiene un círculo cerrado alrededor de su persona y su familia, sino que invita a otros a entrar. El círculo de su amor incluye a todos los que necesitan su ayuda. Quizá la bendición económica sobre su casa sea debido a su generosidad con los necesitados. El pueblo de Dios es la forma que elige Dios de cuidar a las personas.

¿COMO LOGRARLO?

Comience en casa: cada día es una nueva oportunidad de mostrar misericordia a los demás y esas oportunidades no pasarán desapercibidas. Mi mamá era una de esas personas, los niños que pasaban por la casa pidiendo, siempre se iban con un sandwiches, las señoras que pedían se iban con una bolsa de limones, o con ropa, o con una porción de pizza.

Ofrenda a la iglesia: no estoy hablando del diezmo, ni del dinero que gana tu esposo, sino del poco o mucho dinero que ganas tú. En lo que hagas que Dios te prospere, recuerda llevar una parte a la ofrenda de la iglesia u ofrenda a algún misionero en particular, o ayuda a quién se esté preparando para la obra misionera. Quizá tú no tengas el llamado de salir a la obra misionera, pero otros sí lo tienen y necesitan de ti.

Mantén los oídos atentos: tómate tu tiempo para percibir las necesidades de las personas que te rodean. Y cuando vayas a hacer las compras, quizá no afecte tu presupuesto comprar un paquete de galletitas, o un jabón, o una lata de tomate para ayudar a alguien que no tiene ni siquiera el dinero para eso. Cuando yo era niña nos lavábamos y bañábamos con jabón blanco de lavar la ropa, porque mis padres no podían comprar jabón de tocador. Por eso sé que hay alguien en este momento que está necesitando un jabón, y que hay niños que no entienden por qué no hay un jabón en el baño. Te comparto estas cosas pequeñas, para que te des cuenta que no necesitas ser millonaria, ni tener dos casas, ni tener empleados en tu casa, ni nada especial para poder ayudar a alguien, es una decisión del corazón.

¿Te acuerdas que en el párrafo anterior te conté que mi mamá ayudaba a otros? Es la misma mamá que no podía comprar jabón de tocador, pero su corazón estaba abierto a ayudar y era sensible a las necesidades de otros.

Apoya a una organización o una persona diga: Lucas 8: 2-3 nos habla de mujeres que dieron su apoyo financiero a Jesús. Ese es nuestro ejemplo a seguir. Tú puedes contribuir con una organización misionera o apoyar a alguna familia misionera que conozcas. Puedes pedirle a esos misioneros que te manden sus cartas de oración y así sabrás qué es lo que hacen, ora a Dios y quizá Dios te muestre que ellos necesitan tu pequeño aporte, recuerda… hasta un jabón es importante y necesario.

Ora sobre un proyecto personal: pide a Dios que te dirija en tu propio proyecto de apoyo financiero. Quizá debas interesarte y proponerte interiorizarte de lo que hacen distintos grupos evangelísticos o distintos hermanos dedicados a la obra misionera. Y luego Dios mismo te indicará cómo puedes ayudar.

CONCLUSIONES: llegó el momento de evaluarnos. Dios tiene en alta estima la misericordia. Más que cualquier otra virtud que hemos estudiado las semanas anteriores la misericordia refleja la presencia del Señor en tu corazón y en tu vida. Haz uso de ella. Sé generosa.

SE GENEROSA. Empieza hoy. Tú puede. Bendiciones.