jueves, 30 de abril de 2009

Mujer virtuosa, ¿quien la hallará?



Es posible que se pregunten de dónde proviene esta mujer y cómo se convirtió en el modelo de la belleza piadosa. Créanlo o no, la mujer de Proverbios 31 era, una mujer de carne y hueso.
Un joven príncipe algún día sería rey, pero tenía muchas lecciones que aprender. Su madre le enseñó no sólo cómo ser un rey piadoso, sino también cómo hallar una esposa excelente.
Proverbios 31: 1-9 ella le habla sobre lo básico del liderazgo, y luego del 10 -31, ella describe la clase de esposa que él debería buscar, una mujer que es sin duda, un gran tesoro.
Cada versículo empieza con una letra del alfabeto hebreo. Cuando leemos el capítulo en su totalidad nos puede parecer que es imposible de alcanzar, que es un ideal, pero no es así. En realidad Dios nos mostró este tipo de mujer a través de otras mujeres en la Biblia. Ruth era una de ellas, (Rut 3: 11).
El joven príncipe que recibió esta descripción, necesitaba comprender cuál era la clase de belleza que le agradaba a Dios. La palabra virtuosa, significa a los dos lados de una moneda. La fortaleza mental (los principios y actitudes morales) sería la imagen de un lado, y la fortaleza física (potencia y efectividad) serían el otro.
La palabra virtuosa se utiliza más de 200 veces en la Biblia para describir un ejército. En el Antiguo testamento se refiere a una fuerza y se utiliza con el significado de diestro, capaz, poderoso, fuerte, valiente, vigoroso, eficiente, adinerado y digno. También se utiliza con referencia aún hombre de guerra, hombres de guerra y hombres preparados para la guerra.
La pregunta ¿quién la hallará?, nos indica que esta clase de mujer es extraordinaria, un raro tesoro, en lo referente a su fuerza interior y logros externos. Es también un ejército asombroso de virtudes. Usted y yo también podemos serlo. Pero para poder serlo...

Primero queremos desear ser este tipo de mujer, no sirve con solo asombrarnos del este capítulo, sino que cada mujer debe desear serlo. Segundo, una vez que deseo ser este tipo de mujer, tengo que dedicarle tiempo, nada ocurre de un día para otro, ni nada simplemente ocurre, sino que tengo que ser consciente que me llevará tiempo.

Tiempo para leer la palabra de Dios. Necesitamos hacer de la lectura de la Palabra de Dios un tiempo prioritario de cada día. Cuando más leemos su Palabra, él la utiliza para limpiar nuestros miedos, nuestra pereza, nuestras dudas y nuestros pecados. Dios utiliza su Palabra para transformarnos en mujeres dotadas de poder divino que reflejan con más esplendor su belleza.

Tiempo para memorizar la Palabra de Dios. Además de leer, necesitamos memorizar para poder adquirir la fuerza mental y espiritual que necesitamos en la vida diaria.

Tiempo para cultivar tiempo con otras mujeres cristianas. Necesitamos vincularnos con mujeres que nos animen, que nos alienten a crecer espiritualmente.

Tiempo para leer las biografías de hombres de Dios. Necesitamos incorporar a nuestras vidas un pequeño programa de lectura, aunque sea 5 minutos diarios para conocer a hombres y mujeres, santos en la fe que cuando vemos su fuerza física y resistencia mental, el impacto de esa vida, nos da una inyección de fuerza. Por ejemplo, ¿sabes tú quiénes fueron Charles Spurgeon, John Wesley, La pequeña gran mujer en la China, Elizabeth Elliot? Pues lee sus biografías y te aseguro que no solo te asombrarás sino que querrás ser como ellos.

¿Será todo esto realista? ¿Valdrá la pena intentarlo? Dios conoce el valor del trabajo y lo que nos cuesta mental y físicamente lograrlo. Elevemos a Dios una oración pidiendo SUS FUERZAS, para poder convertirnos en mujeres que como un ejército nos movilicemos a través de los desafíos y deberes de la vida con valor, coraje, valentía, energía, resistencia y poder.

Sí, es real y vale la pena. Comienza hoy.